Un clásico de la literatura minera, en el cual se narra sobre el encuentro con el «muqui» de las minas, es un libro imperdible para los amantes de la lectura sobre historias mineras.
«Entonces don Flavio se dio cuenta de que ese era el Muqui. ¡Con razón -se dijo– yo no gano plata! Rápidamente se fue a su casa a buscar una soga de cerda, porque al Muqui no se le puede amarrar sino con soga de cerda de caballo, porque hasta el alambre 10 rompe bien fácil. Cuando regresó con la soga, le dijo a su hijo: Oye, agarra esta soga, y cuando viene a jugar ese otro chiuche, lo amarras en un descuido y no lo sueltas hasta que yo llegue.» (Huanay, 1969, p.78)
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